18 jul 2007

Testamento 96


En mi país Ecuador y especialmente en mi ciudad natal Guayaquil, tenemos la costumbre de hacer monigotes de madera o de ropa vieja rellenados con papel o acerrín para despedir el año viejo y celebrar el nuevo quemándolo después echándole gasolina y pequeños petardos (que ahora parecen tacos de dinamita) que llamamos camaretas. En la noche del 31 desde las 23h30 algunos le empiezan a dar de latigazos, otros empiezan a comer 12 uvas, otros se compran interiores de color amarillo y otros hacen más brujerías que su no temor a Dios les dicta. En mi caso, espero estar con mi familia, siempre derramando una lágrima por la ausencia de uno de ellos y añorando tiempos pasados. Otros jóvenes prefieren ahogarse en fiestas y absorver el aire viciado del humo del cigarrillo que consumen como agua.

No soy anticuado, prefiero no drogarme con las sustancias "permitidas" y anhelo más el calor de mi familia en ese día que el sudor de cuerpos que no conozco en bailes y farras. Incluso antes de ser cristiano pensaba igual. Obviamente mucho más ahora.

Este poema lo hice en media hora cuando estaba en sexto año en el colegio fiscal experimental Aguirre Abad, especialización físico-matemático, hastiado de la mediocridad de la política, de las injusticias sociales y de la ridiculez absurda de la gente que se contenta con "alegrías pasajeras" en vez de tener una paz duradera, de desengaños amorosos y de muchas otras cosas más...

Once años atrás que mi pluma hirió el papel con estos versos y sigue siendo tan actualizado...

Para ti amable lector, otro motivo para rebelarte al mundo absurdo que nos tiene trastocados, automatizados y de dar un momento a Dios, que tanto nos hace falta.

Testamento 96

Yo soy el año viejo
y dejo mi recuerdo sobre el agua,
recuerdo que ha traído muchas penas
recuerdo que ha traído miel amarga
y a la sazón de un nuevo año
fingiré que mi cuerpo es de hojalata
para que se oxide con mi llanto,
para que se queme con el alba
y se marchite con los meses
y se pierda con la nada

Yo soy el año viejo
y para unos he sido cruz pesada,
que se cargaba con lamentos
y se arrastraba con frazadas,
que cubrían a este mundo
con mentiras, crueldades y carcajadas,
esas carcajadas de indiferencia
que relucían con un: “no me importa nada”,
y esos descuidos fueron
mil heridas con su llaga
que no han cerrado todavía
y que nadie se preocupa por cerrarlas.
Estos descuidos de los gobiernos
que vociferaban con garganta
que cumplirían muchas obras
pero que no han cumplido nada,
y a mi pobre pueblo que sufre,
por ser tan dura la vida
y tan cara,
se tiene que resignar con sobritas
que la Navidad les ha dejado en la cama,
sobritas de sueños azules
sobritas de panes de pascua.

Yo soy el año viejo
y para otros
he sido alegrías y “chivas” diarias,
que refrenaban las angustias
con tabaco, alcohol y champaña
y ocasionaban risas de muertos
en caras frías de nevada,
nevada que con el día
se derretía con el alba...

Yo soy el año viejo
y me marcho con el símbolo
del muñeco de madera,
que rellenan con papel
y revientan con camaretas,
y que fuma un fosforito
para hacer oír sus quejas.
Muchos me queman con alegrías,
otros me queman con tristezas,
para esperar que algún día
vuelvan a ellos mismos la destreza
de tumbar barreras todavía
y cavar fosas de tumbas frescas,
donde depositen y tapen con tierra
mis clavos viejos y oxidados
y mi madera vieja que aún se quema
y que deja en el aire de la mañana
humo claro de vida nueva.

Yo fui el año viejo
y seguiré siéndolo,
hasta que mi patria y la costumbre lo quiera
pero antes que me muera a las doce
de la noche del 31 de fiesta,
les diré a mis amigos que he sido
angustia, alegría y tristezas
y que me revienten lo más que puedan
para irme de este mundo con decencia...

Carlos Julio, 27-dic-1996

Por: Carlos Julio Pérez Quizhpe http://carlosjulioperezq.blogspot.com/,
email: carlosjulioperez@gmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MIRA COMO QUE MASOMENOS ESTA ESTE TESTEMENTO NO ESTA PARA TI PERO SI ESTA UN POCO FUERA DE ,LO COMUN NO MANCHES GAY

Anónimo dijo...

sigue así..=)