31 may 2007

Al Dios no conocido




Hechos 17:23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. Biblia versión Reina-Valera 1960 (RV60)

Varias preguntas quedan colgando en la mente de cada ser humano:

¿Existe Dios? ¿Hay algo superior que lo creó todo? ¿Es cierto el evolucionismo o el creacionismo? ¿Quién soy, a dónde voy?

El apóstol Pablo predicaba la Palabra de Dios a los atenienses idólatras, por compasión de sus almas y por cumplir el propósito ardiente de su vida que era rescatar a hombres y llevarlos a los pies de Cristo. Él se enfrentó a los hombres que ostentaban el estandarte de la sabiduría de la cuna del intelecto humano: Grecia. Algunos hombres creyeron, otros rechazaron el amor de Dios.

(RV60)Hechos 17:32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
Hechos 17:33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.
Hechos 17:34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.


El hombre natural dice: - Yo no creo en Dios.

¡Qué simpleza de palabras!, ¡qué facilismo!, ¡qué comodidad y ligereza expresiva...!

¿Acaso se ha autodesafiado ese hombre natural a leer completamente la Biblia? ¿Cuál es el miedo a aquello? ¿Será acaso que somos tan altivos que no queremos cambiar nuestro estilo de vida?

Para el mundo (es decir a la gente no creyente en Dios o a los que no han aceptado aún a Cristo en su corazón como Señor y Salvador de sus vidas) el estilo de vivir cristiano suena a locura y la forma radical como convertimos nuestra manera de vivir, como es de agrado de Dios, parece demasiado sencilla y facilista. Para nosotros estas preguntas están plenamente identificadas y sabemos cuál es la explicación a cada una de ellas.

Dios SÍ existe, Él es el Gran YO Soy de la Biblia, su Palabra Eterna y Verdadera. Él es Todo Poderoso, Omnipotente y Omnisciente, el Dios Verdadero. Y nosotros somos hechura suya, linaje suyo, somos sus hijos pero seres finitos, mortales. Tenemos un propósito en nuestras vidas, pero lo ignoramos porque no conocemos a Dios, porque no leemos la Biblia y por consiguiente nuestro espíritu está desenchufado del Espíritu de Dios, que es el que nos revela todo lo que sea de acuerdo a su voluntad.

Pero la locura de estas palabras -como pensarán algunos-, y la poca importancia que le da el hombre natural, está profetizado en las Sagradas Escrituras:

(RV60) 1 Co 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Ahora el mundo, abiertamente y de forma consciente, ha negado a Dios. Ha pretendido "crearse" sus propios dioses y explicar cosas que son inexplicables. El resultado de aquello, del pecado, es la actual maldad que hay en esta tierra decadente. Pero algunos eruditos, sabios y filósofos han pretendido encontrar las respuestas a sus tantas preguntas por medio de la sabiduría. Note lo siguiente:

(RV60) 1Co 1:21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

Pero aún así, en esta decadencia moral en que se envuelve el planeta, el avance tecnológico y la insaciable imaginación del ser humano, hubo un hombre que llegó a determinar, a través de su sorprendente lógica, que debía haber un Poder Supremo que orqueste la armonía de los elementos del espacio y las estaciones de la tierra, por citar uno de sus ejemplos. Me refiero a Sócrates, y he aquí un extracto de sus palabras:

Fuente: Voltaire, Diccionario filosófico [1764] Sempere, Valencia 1901, tomo 6 páginas 130-132
Sócrates


Un día dos ciudadanos de Atenas, al regresar de la capilla de Mercurio, se apercibieron de que Sócrates estaba en la plaza pública, uno de los ciudadanos dijo al otro:
-¿Es ese el malvado que dice que podemos ser virtuosos sin ofrecer todos los días corderos y ocas? -Sí, contestó el otro; es un sabio que no tiene religión; es el ateo que dice que no hay más que un sólo Dios. Sócrates se acercó a ellos con su aspecto sencillo, con su demonio con su ironía, que Mm. Dacier tanto exalta, y les dijo:
-Amigos míos, os suplico que me oigáis dos palabras. ¿Cómo clasificaréis al hombre que ruega a la Divinidad, que la adora, que trata de semejarse a ella hasta donde se lo permite su debilidad humana, y que hace todo el bien que puede?
-De alma muy religiosa, le contestaron los dos ciudadanos.
-Muy bien; ¿luego puede adorarse al Ser Supremo y tener religión?
-Estamos de acuerdo, respondieron loe dos atenienses.
-¿Pero creéis, prosiguió diciendo Sócrates, que cuando el divino arquitecto del mundo organizó todos los globos que giran sobre nuestras cabezas, cuando dio movimiento y vida a tantos seres diferentes, utilizó para eso el brazo de Hércules, la lira de Apolo o la flauta de Pan?
-No es probable.
-Pues si no es verosímil que empleara la ayuda de otros para construir el mundo, tampoco es creíble que le ayuden otros a conservarlo. Si Neptuno fuera el dueño absoluto del mar, Juno del aire, Eolo de los vientos, Ceres de las cosechas, y uno de esos dioses quisiera el tiempo sereno cuando otro quisiera vientos y lluvia, podéis comprender muy bien que no subsistiría el orden que subsiste en la naturaleza; y tendréis que confesarme que es necesario que todo dependa del que la creó. Entregáis cuatro caballos blancos al sol y dos caballos negros a la luna; ¿pero no es preferible a esto que el día y la noche sean el resultado del movimiento que imprimió a los astros su creador, que produzcan el día y la noche seis caballos?


Si somos hechura suya y seres de su linaje, ¿por qué desobedecer su Palabra?

(RV60) Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

(RV60) Hechos 17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.


Por el propósito de Dios vivimos y lo sorprendente de estas palabras es que la misma ciencia habla de la existencia de Él, hasta el punto de decir en la carne que linaje suyo somos. Imagine usted, amable lector, que un hombre natural habla de cosas verdaderas de Dios... ¡Imagine las cosas que hablaría un hombre creyente acerca del mismo amor y poder de Dios!

Pero el hombre, desde la fundación del mundo, ha conocido de la existencia de Dios. Luego del diluvio los hijos de Noé (hombre justo que anduvo con Dios) poblaron la tierra:

(RV60) Gen 9:18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.
Gen 9:19 Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra.


Amable lector, nosotros provenimos de uno de aquellos tres hombres, ¿se ha puesto a meditar en eso? Obviamente ellos conocieron la Palabra de Dios porque gracias a ella sobrevivieron del diluvio y salvaron sus vidas en el arca. Pero aún así hubieron hombres que escogieron adorar dioses y a criaturas antes que al creador. El ser humano no tiene excusa al decir que no ha conocido a Dios. El hombre conoce a Dios a través de la naturaleza, los animales e incluso a través del cuerpo humano que es un sistema tan complejo que pensar que pudo haberse hecho de la “casualidad” de eventos extraños y que en un azar del destino las variables se convirtieron en una constante espontánea, suena descabellado y como decía Al Pacino, interpretando a Michael Corleone: “Insultas mi inteligencia...”

(RV60) Rom 1:19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Rom 1:20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Rom 1:21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Rom 1:22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,
Rom 1:23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Rom 1:24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
Rom 1:25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.


Como seres humanos cuerdos, Dios nos hizo criaturas con poder de decisión, es decir, con libre albedrío. Nuestros primeros padres se paseaban en el huerto del Edén todos los días y se enfrentaban en el camino de escoger el fruto del árbol de la vida y de la ciencia del bien y del mal. Y por un tiempo vivían por el amor de Dios, hasta que la serpiente engañó al hombre (Adán y Eva) y como consecuencia de aquello surgió el pecado.

(RV60) Gen 2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Gen 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
Gen 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.


En Génesis 3: 1-24 se relata la caída del hombre y su expulsión del jardín del Edén, por causa de su desobediencia y de la influencia de la serpiente (que es una figura de Satanás) que le engañó.

Ahora bien, amigo lector, hay un poder oculto en nosotros, de parte de Dios, el cual nos dice a manera de percepciones, que está bien o qué está mal. Si ya lo imaginó se trata de la conciencia. Con ella juzgamos las cosas y determinamos una acción específica en el escenario de la vida. Esa conciencia nos habló, nos habla y nos hablará de Dios, por tanto no hay excusa al decir que no le conocemos:

(RV60) Rom 2:14 Porque cuando los que no son judíos ni tienen la ley hacen por naturaleza lo que la ley manda, ellos mismos son su propia ley,
Rom 2:15 pues muestran por su conducta que llevan la ley escrita en el corazón. Su propia conciencia lo comprueba, y sus propios pensamientos los acusarán o los defenderán
Rom 2:16 el día en que Dios juzgará los secretos de todos por medio de Cristo Jesús, conforme al evangelio que yo anuncio. Biblia versión Dios Habla Hoy (DHH)


Pero ese poder, que es parte del Espíritu Santo de Dios, es el que nos guía a conocerle y amarle, el que está clavado en nuestros corazones.

Es ahora estimado lector, el tiempo preciso para volcar nuestro corazón al Supremo Creador, para ser coherederos del reino venidero y al nuevo orden de cosas, por medio de Cristo Jesús, Dios nuestro:

(RV60) Filipenses 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Tit 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,


¡No tenemos excusa para decir que no conocemos a Dios!

Que el Espíritu Santo se cuele en nuestros corazones y la paz del Señor cubra nuestro ser y nuestra familia. En Jesús. Amén.